El Romeral, un barrio sin ley

  • Los vecinos de Teatinos están cansados de que el Ayuntamiento no actúe ante los problemas que sufren

Al igual que la popular serie de televisión que ocupó nuestras pantallas hace diez años, podríamos decir que ‘aquí no hay quien viva’. Pero a diferencia de la ficción, los problemas en El Romeral no se deben a los conflictos entre sus vecinos, sino al binomio que forman hosteleros y clientes y que acaba provocando a diario molestos ruidos, ocupación de la vía pública y vehículos mal estacionados. «Se supone que las terrazas de los bares deben cerrar a las dos de la madrugada, pero hay noches en las que no podemos dormir hasta las cuatro. Y las personas que vivimos aquí trabajamos», denuncia Virginia Martín, presidenta de la asociación El Romeral Contra El Ruido. «Después de cerrar –continúa Martín– la gente se queda en el mismo sitio hablando. Eso no molesta porque ya estamos acostumbrados a dormir con murmullo, el problema es cuando se ponen a chillar y a cantar o cuando se producen peleas». Como explican los vecinos, esto no ocurre sólo en agosto, sino que cuando empieza el buen tiempo es de jueves a sábados y ahora en verano todos los días. La ocupación de las aceras por parte de los locales es otro aspecto que trae de cabeza a los residentes. «El descontrol de mesas y sillas es brutal, con lo que el paso que dejan para los viandantes es muy estrecho», afirma Miguel Ángel Gil, miembro del colectivo. A esta última problemática se suma ahora la utilización de los alcorques de los árboles para una mejor disposición de las mesas y sillas. «Los alcorques próximos a algunos locales han sido tapados porque, según decían los propietarios, así se facilitaba el paso, pero vemos que ellos utilizan esos espacios para que sus clientes estén más cómodos cuando se sienten, cuando eso no está permitido por la normativa municipal», expresa Virginia Martín. Los clientes provocan precisamente otro problema que es estacionar en cualquier sitio. «Los viernes y sábados por la noche la calle Andrómeda se transforma en un solo carril porque la doble fila es constante», protesta Gil, quien también añade que una de las plazas de la avenida Plutarco reservada para minusválidos está ocupada el 80% de las veces por coches que no tienen este permiso.

Alcorque en avenida Plutarco tapado y ocupado por mesas.
Alcorque en avenida Plutarco tapado y ocupado por mesas. / SUR

Ante toda esta situación, los residentes comentan que se han reunido en numerosas ocasiones con representantes del Ayuntamiento, pero lo único que han conseguido hasta el momento es que reconozcan que en la zona hay ruido, porque al principio el Consistorio lo negaba. «Tenemos la sensación de que nuestras reclamaciones tienen un efecto rebote: no queremos que se abran más negocios y se siguen abriendo, queremos que se acoten las terrazas y el Ayuntamiento sigue concediendo ampliaciones… No sólo es que no nos hacen caso, sino que además hacen todo lo contrario», señala la presidenta de la asociación. Según el colectivo, la solución a sus problemas sería que el Ayuntamiento declarase la zona como acústicamente saturada por el exceso de decibelios que soportan. De esta manera no se abrirían más locales de música y ocio, aunque ello tampoco tiene por qué suponer el fin del problema. «El principal culpable de todo esto es el Ayuntamiento. No le interesa actuar porque es una zona que genera mucho dinero», opina Manuel Santos-García, otro vecino. «No queremos que los negocios cierren, pero tienen que aplicar medidas que respeten nuestra vida. No es justo que la balanza siempre se incline para su lado y no para el de los vecinos», concluye Virginia Martín.

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