Los hosteleros de Málaga proponen menos mesas y acortar el horario para salvar sus terrazas

El Ayuntamiento estudia una propuesta de los negocios de Molina Lario, Santa María y Císter, que contempla más espacio para el peatón y retirar el mobiliario a medianoche

Los hosteleros de las calles Molina Lario, Santa María, Císter y Duque de la Victoria no se resignan y aún confían en recuperar parte de las terrazas que se vieron obligados a retirar el pasado jueves después de que el Ayuntamiento no les haya renovado la licencia por motivos de seguridad, garantizar el paso de los vehículos de emergencia y priorizar el tránsito peatonal. Tras quedarse sin terrazas tras y como el Área de Vía Pública venía advirtiéndoles desde mediados del pasado año, los negocios afectados sí que han trasladado ya una propuesta de reordenación de estos cuatro viales del Centro, que contempla una reducción del número de mesas y sillas, así como una limitación horaria, de forma que las terrazas sólo estarían operativas hasta la medianoche, a diferencia de ahora que lo hacen hasta la 1.00 y, los fines de semana, hasta las 2.00.

El documento, que está siendo analizado por el Consistorio con la idea de contestar esta misma semana, también incluye otras medidas como poner sombrillas más pequeñas o incluso quitarlas, suprimir los maceteros y que los carteles de los menús estén siempre dentro del espacio permitido. Más metros para el peatón y menos ruido nocturno para los vecinos como último intento para salvar parte del mobiliario exterior.

«Hay buen talante en el Ayuntamiento y confiamos en que podamos alcanzar una solución en algunas calles», afirmaba ayer el presidente de la asociación de hosteleros Mahos, Jesús Sánchez. Por su parte, la concejala de Vía Pública, María del Mar Martín Rojo, remarcaba que no fue hasta la semana pasada cuando recibieron una propuesta formal del colectivo. «Siempre hemos hablado de reordenación de las terrazas, así que estamos estudiando la propuesta», subrayó la edil dejando entrever que podría haber nuevas concesiones para los negocios. En la misma línea, el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, aseguró tener «la mejor disposición para buscar fórmulas que puedan permitir mantener la actividad y hacerlo compatible con la seguridad de las personas cuando hay paso de vehículos y con espacio suficiente para el peatón».

 El sector lamenta las pérdidas durante el fin de semana y confía en recuperar parte de las terrazas en unos días

Una solución que esperan como agua de mayo los negocios de estas cuatro calles. «Desde que quitamos la terraza hemos perdido casi 3.000 euros, así que hay que encontrar una salida cuanto antes. Si hay que reducir espacio y horario, pues se hace, pero lo importante ahora es obtener la licencia», advierte Antonio Taglialatela, propietario de la pizzería Terra Mía en Molina Lario. En este mismo sentido, Benjamín Peláez, de Las Tortugas Bar, se lamenta de que «todo no puede ser negro o blanco», de ahí que abogue por una solución intermedia que les permita reponer las tres mesas que tenía en Santa María. «No son muchas, pero las suficientes para atraer a la gente, que al fin y al cabo lo que busca es una terraza para disfrutar de nuestro clima», se lamenta este empresario que asegura haberse dejado durante el fin de semana en torno a mil euros, además de haber prescindido de un camarero. Sus vecinos de la ostrería La Medusa también han dejado en casa a una de sus empleadas desde que el jueves tuvieron que retirar las cuatro mesas. «Es muy difícil que entren los clientes con el aspecto tan triste que presenta la calle. Así no podemos seguir», comenta Elías Tang. No tienen mesas ni sillas, pero en la tienda Sabor a España, especializada en la venta de garrapiñadas y guirlaches, también sufren las consecuencias de la supresión de las terrazas. «Está pasando menos gente desde que las quitaron, y eso nos perjudica porque entran menos clientes», se queja Janet Montever.

Quien tampoco oculta su malestar es Willie Orellana, el propietario de Uvedoble, no solo por no poder disponer de las cuatro mesas que montaba en la puerta del establecimiento ubicado en la calle Císter, sino también porque, a su juicio, está pagando los excesos de otros negocios. «Esta mañana –ayer para el lector– he dado una vuelta por el Centro y me he indignado aún más porque no nos están tratando a todos por igual», denuncia Orellana, quien resalta el efecto escaparate que aportan las mesas.

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La inacción como gestión

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Durante 54 días los bares de Molina Lario, Císter, Duque de la Victoria y Santa María mantuvieron sus terrazas a pesar de carecer de autorización

Y sin que el Ayuntamiento adoptase medida alguna

Algo huele a podrido en el reino de Dinamarca». Es lo que le dice Marcelo a Hamlet y a Horacio en una de las obras universales de la literatura. Las palabras escritas por la mano de William Shakespeare se repiten de manera casi ordinaria por el común de los mortales cuando algo raro ocurre. La naturaleza misma del mensaje tiene actualidad estos días al asistir a la última polémica en la que, muy a su pesar, se ha visto envuelta la hostelería malagueña. O mejor dicho, parte de ella.

Asumido el papel sustancial de esta actividad en la economía local y la creación de puestos de trabajo, el comportamiento de algunos de los empresarios que se ganan la vida en este campo viene resultando más que cuestionable. Su interés por convertir en espacio de lucro particular lo que es del conjunto de malagueños, la calle, las aceras, no merece más que una crítica justa. Un cuestionamiento sustentado de manera inequívoca por la literalidad de las normas que regulan el modo en que puede ser ocupada la vía pública.

EL ÁREA RESPONSABLE DE COMERCIO Y LA POLICÍA LOCAL, RETRATADOS POR LO OCURRIDO CON LAS TERRAZAS

Sin embargo, lo sucedido en estos últimos meses en cuatro de las calles del casco antiguo (Molina Lario, Santa María, Císter y Duque de la Victoria), en las que los locales han permanecido con sus terrazas abiertas a pesar de carecer de la necesaria autorización municipal, más que poner en cuestión a los propietarios de esos negocios, retrata la gestión del Ayuntamiento en la materia. Desde hace largo tiempo existía cierta sombra de duda sobre la eficacia de las medidas municipales a la hora de controlar la instalación de mesas y sillas en la zona del Centro. Los interrogantes se multiplican ahora de manera exponencial tras observar lo sucedido desde el día 1 de enero hasta el pasado jueves.

En ese intervalo de días, el área de Reactivación Económica y Promoción Empresarial, que tiene asumidas las competencias en materia de comercio, era conocedora de que los establecimientos localizados en esas vías carecían del citado permiso. Fundamentalmente porque fue ese mismo departamento el que, primero en febrero y después en junio del año pasado, ya informó a esos mismos locales de que no les serían renovadas las autorizaciones de terraza con el arranque de 2017. Y a pesar de ello, que se sepa o se haya informado desde el propio Consistorio, no se impulsó acción alguna para restaurar la normalidad.

En Molina Lario, en Císter, en Duque de la Victoria y en Santa María, desde el 1 de enero hasta el pasado jueves, los empresarios han estado poniendo las mesas, las sillas y los expositores en los mismos lugares en los que lo venían haciendo cuando sí tenían la aquiescencia municipal por escrito. ¿Por qué? Los propios afectados o, para ser más precisos, la asociación que los representa, Mahos, alegan que existía un «permiso tácito» para que eso fuese así.

¿Puede un Ayuntamiento conceder un permiso tácito mediante el que permitir un comportamiento que incumple la norma de la que se dota para controlar esa actividad? Una normativa que, vigente aún, tipifica como «muy grave» el ocupar la vía pública con mesas y sillas sin la autorización correspondiente. El devenir de los acontecimientos es la más adecuada de las respuestas, al punto de confirmar la existencia de una supuesta buena voluntad del área dirigida por la concejala María del Mar Martín Rojo de posponer cualquier acción a que culminase la vía de diálogo abierta meses atrás.

La permisividad de Comercio tuvo su fin el pasado jueves, cuando en el marco de una reunión con los empresarios de Molina Lario se les instó a que retirasen de manera voluntaria las terrazas o serían sancionados por ello. Curiosamente, el giro en la actitud municipal, que pilló por sorpresa a los hosteleros, se produjo horas después de que la Policía Local se adelantase con la inspección en la tarde del miércoles de los primeros locales, tarea que continuó en la mañana del jueves y que concluyó con cuatro establecimientos sancionados. Y a pesar de su reacción, el área de Seguridad también queda señalada, por cuanto sabía desde finales de enero de la situación irregular en la que se hallaban esas terrazas, a pesar de lo cual dilató cualquier posible intervención.

Casi dos meses después, no hay mesas ni sillas ni expositores. Y ese vacío alimenta un debate que sigue inconcluso en torno a la hostelería, al Centro, a la ocupación de lo que es de todos, al modelo de ciudad que se quiere, al turismo de cruceros, a la calidad de la oferta… Pero lo ocurrido esta semana, sobre todo, acrecienta las dudas y los interrogantes sobre la capacidad municipal para actuar ante un fenómeno que, por la experiencia ya acumulada, a todos se nos escapa.

MALAGAHOY

El Ayuntamiento fuerza la retirada de las terrazas de varias calles del Centro

La Policía Local ha denunciado a cuatro establecimientos por ocupar con mesas y sillas y expositores la vía pública a pesar de no disponer de autorización

El Ayuntamiernto de Málaga ha obligado a los locales de las calles Santa María, Molina Lario, Císter y Duque de la Victoria a retirar las terrazas que venían instalando sobre la vía pública a pesare de carecer de autorización para ello desde el pasado 1 de enero. Se da la circunstancia de que en la tarde de ayer y esta mañana agentes de la Policía Local han realizado inspecciones en esta zona, determinando la denuncia de cuatro establecimientos no solo por la instalación de mesas y silla sin permiso, sino también de expositores.

Con este paso el Consistorio ha endurecido su posición ante el incumplimiento de la normativa vigente después de que haya permitido esta situación desde inicios de año. Ayer hubo un encuentro de los responsables de Promoción Empresarial y los empresarios de hostelería de la calle Molina Lario en el que advirtieron de que se tenían que retirar las terrazas, demanda que hoy ha sido cumplida por los establecimientos.

Cabe recordar que el Ayuntamiento ya informó a los propietario de locales en estas cuatro calles del Centro de que no se les renovaría la autorización para la ocupación de vía pública con mesas y sillas, así como con expositores a partir del 1 de enero

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La Policía inicia la inspección de los bares sin permiso para terraza

Actúa semanas después de que Comercio le informase de la no renovación de la ocupación de vía pública para los locales de cuatro calles

 

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La Policía Local de Málaga dio inicio ayer a una batida de inspección de los bares situados en las calles Molina Lario, Císter, Santa María y Duque de la Victoria que desde el pasado 1 de enero ocupan la vía pública con sus terrazas sin disponer de la necesaria autorización municipal. El concejal de Seguridad, Mario Cortés, informó ayer de haber dado orden a los responsables del Cuerpo para solicitar la documentación necesaria a los responsables de estos establecimientos, con el fin de abrir acta a los mismos en caso de comprobarse el incumplimiento de la normativa municipal.

El paso adelante dado ahora por el área se produce, eso sí, con un retraso evidente. De facto, según confirmó el propio edil del PP, la Policía Local recibió información por parte del área de Comercio sobre la no renovación de los permisos para instalar mesas y sillas «a finales de enero». Sin embargo, no fue hasta ayer, según admitió Cortés, cuando se inició la labor de control en estas calles del casco antiguo.

LA ACTUAL ORDENANZA TIPIFICA COMO «MUY GRAVE» TENER UNA TERRAZA SIN AUTORIZACIÓN

A la dilación de la Policía se suma la del área de Comercio, cuyos inspectores tampoco parecen haber intervenido en este asunto a pesar de que fue este mismo departamento el que a lo largo del año pasado ya informó a los propietarios de los establecimientos de que no se les renovaría la autorización de terrazas con fecha del pasado 1 de enero.

Sobre este particular, este periódico trató sin éxito hablar ayer con la concejala de Promoción Empresarial, María del Carmen Martín Rojo. No obstante, por medio de un whatsapp remitido al servicio de prensa municipal, la edil indicó: «La inspección trabaja en la misma medida en toda Málaga y tiene sus previsiones».

Y añadió que ella no le da «ninguna indicación expresa para que actúe en ningún sitio en especial y la inspección hace uso de sus competencias según su criterio».

El argumento de Martín Rojo se produce semanas después de que la directora del área, Esther Molina, enviase un escrito, fechado el pasado 10 de enero, a la Asociación de Vecinos de Centro Antiguo en la que, de manera pormenorizada, informaba sobre la determinación municipal de no renovar con fecha 1 de enero los permisos para instalar mesas y sillas en Molina Lario, Císter, Duque de la Victoria y Santa María. Una prohibición que afectaba igualmente a la instalación de expositores en todas las calles a excepción de Santa María, donde se posibilitaba una superficie máxima de 1 metro cuadrado por establecimiento.

La actual ordenanza de Ocupación de Vía Pública fija la ocupación de la calle sin autorización entre las infracciones «muy graves», pudiendo conllevar la imposición de sanciones de entre 1.501 a 3.000 euros. Al tiempo, agrega que en el caso de que se compruebe que la instalación de la terraza «sin licencia impide o dificulta notablemente el uso común general o cualquier uso preferente, o existiere perturbación o peligro de perturbación de la seguridad o tranquilidad públicas, la Policía Local podrá ordenar la inmediata retirada de la terraza o de los elementos perturbadores o las actuaciones o correcciones que procedan».

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