Nuevas zonas de Málaga se unen en su lucha contra elruido

Vecinos del Centro, El Palo, Huelin, Soho y Romeral piden mayor control
contra el ocio nocturno y denuncian la permisividad del Ayuntamiento.
«Malconvivimos con actividades incompatibles con el descanso»

Vecinos del Centro, El Palo, Huelin, Soho y Romeral piden mayor control
contra el ocio nocturno y denuncian la permisividad del Ayuntamiento.
«Malconvivimos con actividades incompatibles con el descanso»
El colectivo está compuesto por vecinos de seis barrios.

La presión vecinal en contra del ruido sigue en aumento. La declaración
de más de un centenar de calles del Centro y del Romeral como zonas
acústicamente saturadas ha impulsado a numerosos residentes a
solicitar las mismas medidas para sus barrios. Es el caso de Huelin,
donde ya se ha iniciado el procedimiento administrativo, pero también
en El Palo, Soho y nuevas zonas del distrito Centro.
Así ha quedado de manifiesto este miércoles durante un acto convocado
por el colectivo Vecinos de Málaga con motivo del Día Internacional de
Concienciación sobre el Ruido. Constituida el año pasada y compuesta
por colectivos vecinales de El Palo, Huelin, Soho, Centro y Romeral de
Teatinos, han denunciado que el Ayuntamiento «es proactivo en defensa
del agresor».
Bajo el lema ‘Que tu ocio no impida nuestro descanso’, los integrantes
del colectivo han manifestado sus dudas sobre los métodos técnicos que
utiliza el Ayuntamiento para medir el ruido «y que podrían estar
arrojando resultados inferiores a los reales». Para demostrar esta
afirmación han contado con la participación del director técnico del
Laboratorio de Acústica de Calpe Institute of Technology, Andrés Peña.
Según ha detallado de la forma más sencilla posible, «el problema viene
de una instrucción técnica del Ayuntamiento y consideramos que el
efecto del ruido de fondo se tiene en cuenta por duplicado y por eso los
resultados son algo más bajos de lo que se debe considerar».
Uno de los integrantes del grupo es Carlos Carrera, presidente de la
asociación Centro Antiguo de Málaga. A su juicio, «el principal problema
de ruido que tenemos es el Ayuntamiento, por las medidas que no
aplica, su inactividad y por ser proactivo en defensa del agresor».

A su juicio, las medidas impuestas por el Ayuntamiento para tratar de
controlar el ruido en un centenar de calles no está siendo todo lo efectiva
que debiera. «Nosotros no vemos mejoría; el problema se ha
intensificado porque malconvivimos con actividades incompatibles con
las zonas vecinales como discotecas y bares con música, que ahora
abren de lunes a domingo».
Añade que cada vez hay más vecinos reclamando medidas de control del
ruido, como los del entorno de la plaza de San Francisco, el Soho o la
calle Comedias.
Entre los que también han solicitado medidas de control adicional se
encuentra El Palo. La presidente del colectivo vecinal, Mercedes Pírez,
ha recordado que ellos pidieron hace casi dos años la instalación de
medidores acústicos en determinadas calles y que, de momento, ni
siquiera les han contestado. «El ruido nos afecta a la salud y no llegamos
a los políticos para que comprendan que tenemos derecho a dormir
como todo el mundo», razona.
Comentarios similares realizan los responsables del Soho, El Romeral y
Huelin. La presidenta de la asociación de vecinos de esta última zona,
Isabel Romero, ha lamentado que en su zona sólo se está redactando la
declaración de zona ZAS para una calle cuando el problema va mucho
más allá. «Allí hay excesiva concentración de hostelería y eso acaba con
los negocios habituales del día a día», lamenta.
Pese a su lucha contra el ruido, asegura que los vecinos no están «en
contra de la hostelería». «Sabemos que tiene que existir, pero con una
coherencia y una convivencia», puntualiza.

RUIDO, EL GRAN PROBLEMA DE ESTA CIUDAD



Hoy, miércoles veinticuatro de abril de 2024, se conmemora el Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido.
El ruido enferma, daña gravemente la salud de las personas. No es una mera molestia o simple incomodidad. El ruido constituye un auténtico problema de salud pública, serio y grave.
La contaminación acústica es una amenaza y un peligro para la salud humana, como acredita la comunidad científica internacional y así reconoce la Organización Mundial de la Salud o la Agencia Europea del Medio Ambiente.
En Europa, el ruido es el segundo factor de riesgo medioambiental para la salud más importante, por detrás de la contaminación atmosférica.
La exposición al ruido no sólo puede dañar nuestro sistema auditivo, sino que es capaz de provocar toda una larga lista de perjuicios para la salud: trastornos del sueño, alteraciones cardiovasculares, respiratorias o metabólicas; causa afectaciones neurológicas y psiquiátricas diversas, además de agravar las enfermedades que previamente se puedan padecer.
El ruido empeora, acorta y pone en riesgo nuestras vidas. Su impacto negativo sobre nuestra salud física y mental es enorme.
Además, los ciudadanos afectados por el ruido ven a menudo vulnerados y lesionados algunos de sus derechos constitucionales y fundamentales.
Hace apenas un año, en mayo de 2023, se constituyó el colectivo “Vecinos de Málaga”, integrado por asociaciones vecinales de cinco barrios distintos de Málaga – El Palo, Huelin, El Soho, El Romeral de Teatinos y el Centro Histórico

Unidas todas por problemas comunes, uno de ellos el ruido. Ruido que padecen muchos vecinos de estos barrios derivado, fundamentalmente, de actividades de hostelería diurna y nocturna (terrazas, bares con música, discotecas, etc.), eventos, festivales o músicos ambulantes.


En un día como hoy, de concienciación sobre el ruido, “Vecinos de Málaga”
pretende concienciar a la sociedad en general y a nuestras instituciones públicas en particular, sobre la importancia del ruido como cuestión de salud pública y de convivencia.
Resulta obligado reflexionar y preguntarse por el estado actual de la situación en materia de contaminación acústica en nuestros barrios.
El Ayuntamiento de Málaga debería ser la primera institución en estar
concienciada de la magnitud del problema, sirviendo de ejemplo al resto de la sociedad; sin embargo, la gestión municipal del ruido en Málaga deja mucho que desear.
Este Ayuntamiento fue condenado recientemente, en una sentencia histórica, demoledora y ya firme, con pronunciamiento del Tribunal Supremo incluido, porque su acreditada inactividad frente al ruido, vulneró los derechos constitucionales de un grupo de vecinos denunciantes, afectados por el ruido generado por las actividades de hostelería del entorno de la Plaza Mitjana.
Más de cien calles de la ciudad, entre el Centro Histórico y Teatinos, están
declaradas Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS). En algunas de estas calles, se han producido hasta tres declaraciones ZAS en los últimos veinte años, expresión de un problema serio, profundo, duradero y todavía no resuelto.
Las medidas adoptadas al amparo de dicha Declaración ZAS fueron, de manera deliberada, extremadamente tibias y descafeinadas. El ruido no sólo no remite en estas zonas, sino que persiste y se extiende.
El verano de 2022, el barrio de Huelin estalló por los insufribles ruidos originados por la hostelería de la zona, que llevaban padeciendo los vecinos durante años, lo que dio lugar tiempo después al inicio de la tramitación de la Declaración ZAS, no sin descontento vecinal por dejar fuera de la misma, a la calle Río Rocío.
En el Centro, vecinos de la plaza San Francisco reclaman al Ayuntamiento ser protegidos del ruido de las discotecas de la zona y en los barrios del Soho o El Palo el problema del ruido se reproduce en sus calles.
El pasado otoño, comprobamos con asombro, que en pleno corazón ZAS de Teatinos, el Ayuntamiento autorizaba un festival de varios días duración, con grupos y bandas de música atronadora en directo al aire libre, en plena calle, a escasos metros de una residencia de mayores y en una zona próxima al Hospital Clínico Universitario.
La aplicación de las normas y leyes que ya existen, es poco rigurosa y eficaz, como acredita la sentencia Mitjana, pero además, para mayor agravamiento, se ha conocido recientemente, que el Ayuntamiento de Málaga lleva aplicando desde 2014, un “criterio interpretativo” de la Legislación sobre Ruidos, mediante una Instrucción Técnica, de dudosa fundamentación medioambiental, científicotécnica y jurídica, que en su aplicación práctica supondría una desprotección grave de las personas afectadas por el ruido.
El panorama es desolador. Esta situación no es producto del azar, es
consecuencia de las políticas medioambientales que se aplican, tiene
responsables y sin duda alguna, alguien no está haciendo bien su trabajo. El Ayuntamiento de Málaga no puede eludir su máxima responsabilidad en el control del ruido ni un minuto más.
Queda todavía mucho trabajo por hacer en materia de concienciación sobre el ruido en la ciudad de Málaga.

En Málaga a 24 de abril de 2024

Firma:
“VECINOS DE MÁLAGA”, colectivo vecinal constituido por las siguientes
Asociaciones Vecinales:
A.VV. Centro-Sur Soho Barrio de las Artes
A.VV. Centro Antiguo de Málaga
A.VV. El Romeral contra el Ruido
A.VV. Torrijos
A.VV. I.C. Parque del Mar
A.VV. De El Palo

Málaga lleva 10 años usando una medición de ruidos más permisiva que la norma autonómica


La Junta de Andalucía indica que no se pueden hacer dos cálculos como exige el Consistorio, sino
uno solo para las penalizaciones

Esto supone permitir el doble de sonido percibido de facto y que muchas inspecciones desfavorables
resulten favorables o las sanciones sean menos severas

Málaga ficha como asesor de Urbanismo a un ex jefe de Urbania: Víctor Troyano Zurita

El TSJA ratifica la condena al Ayuntamiento de Málaga por el ruido de bares de Mitjana


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El Ayuntamiento de Málaga lleva diez años usando una medición de ruidos paralela y más permisiva que la norma
autonómica. En 2014 el Área de Sostenibilidad sacó adelante una instrucción técnica para aplicar correcciones en las
mediciones de ruido de actividades o instalaciones que suprime del cálculo final ruidos de fondo que no se recogen en las
normativas andaluza (2012) ni nacional (2003).
Esto supone que, desde entonces, posibles sanciones hayan resultado análisis favorables o sanciones menos severas o que se
haya concedido licencias a entornos que, realmente, no cumplían con la normativa andaluza de control de ruido.
La base de esta diferencia –que puede ser de hasta 3, 6 y 9 decibelios, según distintas mediciones visadas por técnicos a las
que ha tenido acceso este periódico– según los distintos expertos consultados se basan en el cálculo de las penalizaciones de
ruido de fondo –que ya debe ser descontado por sí mismo en la norma andaluza– a descontar a la hora de emitir el certificado
final.
Así, estas penalizaciones por componentes tonales, impulsivas y bajas frecuencias se descuentan dos veces en el cálculo total
al formar ya parte de la medición de los propios ruidos de fondo. Además, los criterios y procedimientos propuestos para el
cálculo de estas penalizaciones no aparecen en ninguna otra norma o regulación actuales.
Hay que tener en cuenta que el ruido se transmite mediante ondas, no de forma lineal, por lo que aumentar tres decibelios, de
facto, supone duplicar el ruido percibido. Los expertos consultados coinciden en una analogía: «Superar tres decibelios lo
permitido es como que un coche circulase a 100 km/h por una vía permitida a 50 km/h; seis decibelios sería como ir a 200
km/h».
En un documento emitido por el jefe de servicio de Calidad del Aire de la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y
Economía de la Junta de Andalucía, Juan Contreras, en respuesta a una pregunta sobre la posible vigencia de la instrucción
técnica citada se recoge que, si bien son los municipios los encargados de la vigilancia, el control y disciplina de la
contaminación acústica –por lo que la medición de ruido es competencia del Ayuntamiento–, el Decreto 6/2012 (contra la
contaminación acústica) «no contempla la posibilidad de realizar dos cálculos en las penalizaciones, sino un solo cálculo
sobre el espectro corregido (actividad funcionando menos ruido de fondo), toda vez que este espectro se obtiene sustrayendo
el ruido de fondo». 5
Es decir, que esta doble medición del ruido de fondo para eliminar penalizaciones del Ayuntamiento de Málaga quedaría fuera del
decreto. Sin embargo, la Junta se abstiene de pedir al Consistorio que cese en su aplicación, instando a los interesados a
«interponer contras las resoluciones y actos los recursos administrativos que procedan».
Es por esto que una comunidad de vecinos de la ciudad ha interpuesto una alegación en el Ayuntamiento de Málaga contra la
instrucción técnica, impugnando el documento.
Desde el Consistorio, aseguran que «hay un criterio interpretativo establecido por los técnicos del Ayuntamiento desde julio de
2014 que todos los interesados pueden consultar en la web del Área y hasta ahora no se había registrado ninguna impugnación
por parte de denunciados ni denunciantes. Se ha recibido el escrito de la comunidad de propietarios y será estudiado. Además,
se ha formulado una consulta a la Junta de Andalucía y se esperará a su pronunciamiento antes de adoptar cualquier
decisión».
La Asociación de Vecinos del Centro Histórico estudia iniciar acciones legales contra la instrucción técnica. Carlos Carrera, su
presidente, afirma que «si se confirma me parece gravísimo que una norma de rango menor pueda modificar la aplicación de
reglamento de manera menos restrictiva, no para proteger la salud de los vecinos, sino para dejarlos más desamparados». La
misma, subraya Carrera, «significaría que se estén emitiendo informes diciendo que el establecimiento cumple cuando no lo
hace, o que una infracción que se marca como leve sea grave».
Cabe recordar que el Ayuntamiento de Málaga fue condenado por su inactividad contra el control del ruido –en una sentencia
ratificada por el TSJA, pero que no es firme y que el Consistorio ha recurrido– por su inactividad en el control del ruido tras ser
llevado a juicio por los vecinos de la Plaza Mitjana.
En la misma se recoge el «sonrojo» causado al juez debido a «un traslado o ‘peloteo’ de las denuncias [que interponen los
vecinos] de un departamento a otro, o, directamente, una inactividad en cuanto a los mismos» por parte del Ayuntamiento de
Málaga.
Para Carrera, el uso de esta instrucción técnica «es peor que lo que dice la sentencia, no es ya ineficacia, es proactividad para
permitir más ruido». «La norma para el control de la contaminación acústica está hecha gara garantizar que el ser humano no se
vea afectado gravemente por la exposición al ruido, el ser humano es un sujeto vulnerable», expone.